“En los sitios web, elementos como menús y enlaces pueden generar importantes barreras de acceso, ya que son los que permiten la navegación por el sitio, y si no se implementan con las características adecuadas, impiden que los usuarios con algún tipo de discapacidad puedan utilizarlos de forma correcta”.

Así lo señala el administrador de Sistemas Informáticos Luis Felipe Londoño Rojas, quien en su trabajo de grado para optar al título de Magíster en Administración de Sistemas Informáticos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, propone un modelo más cercano a estos sitios.

“La barrera de accesibilidad no se genera por el elemento del sitio web sino porque su implementación es incorrecta, es decir que no se siguieron pautas, como por ejemplo que todo elemento multimedia debe tener un contenido alternativo para que pueda ser utilizado por cualquier persona sin importar sus condiciones; esto pasa muy a menudo con las imágenes sin texto alternativo y con los videos sin subtítulos”, subraya.

En 2017 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM) divulgaron que en el mundo más de 1.000 millones de personas experimentan alguna forma de discapacidad, y que esta cifra aumentará con el paso del tiempo. En Colombia se registran 857.132 personas están en condición de discapacidad, cerca del 40 % en edad escolar, pero solo 111.238 adelantan algún tipo de estudio.

Necesidades de adaptación

Para la investigación, el magíster Londoño evaluó el ingreso a los sitios web de instituciones educativas y de medios de comunicación, e identificó que los elementos de estas plataformas que generan barreras son las imágenes sin texto alternativo, el mal uso de los colores de la interfaz y sus contrastes, la distribución y tamaño de la pantalla.

El Grupo de Investigación en Ambientes Inteligentes Adaptativos (GAIA) de la UNAL Sede Manizales desarrolló la Accessibility Evaluation Tool (AET), con la cual se pueden realizar evaluaciones automáticas y manuales de forma integrada.

“Este trabajo permitió observar que una de las causas por la que los sitios web no son cercanos es porque los desarrolladores no tienen conocimiento de los estándares y guías pertinentes; por eso se trabajó en una herramienta que tuviera guías prácticas de código sencillo en las que se explica con ejemplos cuál es la forma correcta de implementar algunos elementos de los sitios web en ese sentido”, detalla el magíster de la UNAL.

Proceso de acoplamiento

Para diseñar cada una de las estrategias de adaptación se desarrolló una plantilla que recopila información como nombre; perfil de usuario –que se refiere a las discapacidades puntuales a las que está orientada la táctica–; necesidad de adecuación (problema de ingreso que se quiere solucionar); y componente, es decir el elemento del sitio web que genera una barrera y que se debe modificar.

Incluye además una descripción, que es el resumen del objetivo al que le apunta la estrategia; excepciones, como las características que no se pueden cubrir con la metodología, y nota, o mecanismos y características necesarias para accionar las habilidades.

Después de detallar los pasos, se clasifican según criterios como el nivel de adaptación. “Este primer nivel significa que el ajuste se lleva a cabo cuando el usuario ingresa por primera vez al sitio web, es decir se produce un arranque en frío para que se ejecuten los cambios por la ausencia de un perfil de usuario”, observa.

En el segundo nivel se realizan los acoples cuando el usuario ingresa al sitio web, pero antes había configurado algunos ítems. El tercer nivel indica que las adecuaciones se realizan cuando el usuario ingresa al sitio web y ha iniciado sesión, por lo que los ajustes se realizarán teniendo en cuenta sus preferencias.

De esta manera, esta investigación permite identificar cuándo se deben llevar a cabo las adaptaciones, qué y cómo, concluye el magíster.

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